La competitividad

La raíz de la palabra competitividad proviene de la palabra competencia, relacionado a la sobrevivencia, a un desempeño superior respecto al resto de la población. Sobre competitividad existe una gran variedad de interpretaciones, las cuales pueden ubicarse en varios niveles; las basadas en la empresa, las basadas en el sector y las que tienen como referencia la economía nacional como un todo.

Aquellas definiciones que tienen como referencia al sector o la economía como un todo no difieren esencialmente de las señaladas para las empresas o el sector donde se ubican, excepto porque se añade la condición de que la competitividad debe ser compatible con un mejoramiento en el nivel de vida de la población (Bejarano, 1998), en esta tónica Porter (1999) nos señala como objetivo principal de una nación lograr un alto y creciente nivel de vida para sus ciudadanos, este propósito depende de la productividad con que se emplea la mano de obra y el capital, la productividad está sujeta tanto a la calidad como a las características de los productos (las cuales determinan los precios), así como de la eficiencia en que estos son producidos, la productividad redunda en una mayor rentabilidad y por lo tanto en el logro de una ventaja competitiva, de esta forma la competitividad nacional es el resultado del esfuerzo de millares de empresas de la economía por lograr una ventaja competitiva frente a los competidores extranjeros.

Para una nación, Porter (1999) alude que son cuatro los atributos que pueden ser determinantes en la competitividad del país:

1.      La dotación del país, en términos de cantidad y calidad de los factores productivos básicos (fuerza de trabajo, recursos naturales, capital e infraestructura), así como de las habilidades, conocimientos y tecnologías especializados que determinan su capacidad para generar y asimilar innovaciones.

2.      La naturaleza de la demanda interna en relación con la oferta del aparato productivo nacional; en particular, es relevante la presencia de demandantes exigentes que presionan a los oferentes con sus demandas de artículos innovadores y que se anticipen a sus necesidades.

3.      La existencia de una estructura productiva conformada por empresas de distintos tamaños, pero eficientes en escala internacional, relacionadas horizontal y verticalmente, que aliente la competitividad mediante una oferta interna especializada de insumos, tecnologías y habilidades para sustentar un proceso de innovación permanente.

4.      Las condiciones prevalecientes en el país en materia de creación, organización y manejo de las empresas, así como de competencia, principalmente si está alimentada o inhibida por las regulaciones gubernamentales y las actitudes culturales frente a la innovación, la rentabilidad y el riesgo.

En su conjunto, estos cuatro factores determinantes de la competitividad de una nación forman una suerte de sistema dinámico que no se limita a la sumatoria de sus partes, y que funciona como un todo.

Podemos definir la competitividad a nivel de empresa como la capacidad de obtener una rentabilidad en el mercado en relación a sus competidores, una empresa será muy competitiva si es capaz de obtener una rentabilidad superior debido a que utiliza técnicas de producción más eficientes que las de sus competidores, que le permiten obtener ya sea más cantidad y/o calidad de productos o servicios, o tener costos de producción menores por unidad de producto, la competitividad depende de la relación entre el valor y la cantidad del producto ofrecido y los insumos necesarios para obtenerlo (productividad), y la productividad de los otros oferentes del mercado, adicionalmente suele subrayarse la capacidad para diseñar, producir y comercializar bienes en el mercado internacional (y defender el mercado doméstico), teniendo como parámetro los estándares de eficiencia vigentes en el mercado mundial.

La competitividad representa un papel muy importante en las empresas, ya que estas deben tener una característica especial para poder ser diferenciadas de su competencia; dichas empresas deben esforzarse por tener ventajas competitivas sostenibles que marquen una pauta respecto a la competencia y no ser absorbidas o desaparecer del mercado a causa de su falta de competitividad, en la construcción de redes de valor este principio se mantiene y se busca la competitividad de todas las empresas que participan en la iniciativa de construcción de una red.

El éxito o fracaso de una empresa depende de la competitividad que obtenga en el sector, i. e. la posición relativa de la empresa en su segmento de valor, esta es competitiva si su rentabilidad es superior al de su segmento de valor, en este punto vale decir que la competitividad es un estado que se alcanza pero que puede perderse, a menos que se obtenga una ventaja competitiva sostenible sobre sus competidores en el largo plazo.

La base fundamental del desempeño de la empresa sobre el promedio de la industria a largo plazo es lograr mantener esta posición relativa superior mediante dos tipos básicos de competitividad: costos bajos o diferenciación.

La importancia de cualquier fortaleza o debilidad que posee una empresa es en esencia una función de su impacto sobre el costo relativo o la diferenciación. La ventaja en el costo y la diferenciación, a su vez, surgen de la estructura del sector industrial. Son el resultado de la capacidad de una empresa de contender con el entorno mejor que sus rivales.

El alcance competitivo de las empresas se define por el rango de empresas que se pretende alcanzar con los productos y/o servicios de la empresa, un alcance competitivo amplio hace referencia a una gama de productos en todo un segmento de valor o al menos en un número importante de empresas en el siguiente segmento de valor, es decir existe una gran diversidad de compradores potenciales, un alcance estrecho concierne a una oferta limitada con un número de compradores también limitado a una empresa o empresas focalizadas.

Los dos tipos básicos de competitividad aplican cuando el alcance competitivo de la empresa es amplio, en el caso de un alcance competitivo estrecho de la empresa aparece una tercera modalidad genérica denominada competitividad de enfoque, la cual puede tener dos variantes, el enfoque de costos y el enfoque de diferenciación. Para la empresa la importancia de los tres tipos genéricos de competitividad radica en la forma como esta construye una estrategia competitiva sostenible.

Para la empresa elegir una estrategia genérica se ubica en el centro en torno del cual se construye la estrategia competitiva, definir con claridad la ventaja competitiva que se busca y el alcance competitivo son actividades básicas. En un entorno de agronegocios actual obtener productos para todos es el camino más directo para una rentabilidad promedio por debajo del sector, en consecuencia no se logra obtener una ventaja competitiva sostenible.